jueves, marzo 12, 2009
Caprichos de mediancohe...
Caminando entre las sabanas del recuerdo, extrañe las caricias del aroma de tu cabello. Siluetas de olores entre mi nariz y deseo hacían películas de tu retorcido destello, así me siento en noches de desvelo como esta donde un viento calido rozó mi rostro y enseguida grito un te quiero.
Tal como me gustaba comer helado de tus manos, saborear mermelada en tus besos y hasta comer cuando tu cuerpo era mi plato ahora solo existen antojos de querer sin poder. Donde los besos no se hacen carne y los abrazos solo llegan a ser almohadas, en esa pelea de querer y no tener, de poder y no querer surgen a medianoche caprichos que comer.
Calidos son los sueños, cual vigorosos tus abrazos. Así lo recuerda mi espalda y mis manos cuando suavemente dormía y posabas tu pecho sin descansó, era calido como un manjar de miradas con sonrisas en un atardecer de gaviotas y tan placentero como comer con los dedos y degustar hasta la ultima gota.
Lo cierto es que ahora solo como y respiro en sueños, en noches con poca luna y un teclado viejo es la única forma de expresar lo que mis antojos me piden a cada momento.
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